95th Rifles (Reginald Wymer)

22.8.10

Final de campaña

Luego de cinco años de detectado el campo de batalla del Combate de San Pedro, a partir de los primeros hallazgos en terreno, y de cuatro de comenzar la campaña de prospección arqueológica con los profesionales de la Universidad de la República, se dieron por finalizados los trabajos patrocinados por la Embajada Británica en Montevideo y la Fundación Colonia Antigua - HSBC Bank Uruguay. A modo de "despedida", se organizó la última entrada al campo de esta primera e intensiva etapa, aprovechando que sólo quedaban los tallos secos del "mar de sorgo" que cubría el sector que no se pudo prospectar en enero de 2010.

En esta ocasión, fueron de la partida el arqueólogo Ezequiel Fernández Inverzo, el mayor Marcelo Díaz, Eduardo Zubía, experto en armas antiguas y miembro de la Asociación de Amigos del Museo Militar del Ejército Nacional, nuestro colaborador Walter Larrea, y quien suscribe. Se utilizaron tres detectores, para aprovechar al máximo esta breve campaña, y se recuperaron 23 artefactos relativos al combate y a la tropas, además de objetos de datación posterior vinculados a la construcción que existió en el sitio años después de la acción militar.

En términos de representatividad, en la muestra obtenida se destacan la terminación del portabaqueta y el escutcheon (escudo) de un mosquete británico Brown Bess. Esta última pieza oficia de "cédula de identidad" del arma pues usualmente lleva incuso el regimiento y el número de orden del fusil dentro del parque de la unidad. Lamentablemente, en este caso, el objeto no presenta trazos definibles, sea porque nunca se identificó el mosquete o por los efectos de la acidez de la tierra.

Sin embargo, el hallazgo que marcó la jornada fue un fragmento de latón de bronce con una corona de laureles estampada. Si bien no se pudo determinar su procedencia en terreno, por estar plegado en cuatro, se interpretó en un principio como perteneciente a una insignia de origen británico, por el estilo y material de confección. Ya en el laboratorio, luego del proceso de limpieza y desplegado, se pudo establecer que se trataba de un componente de una hebilla de cinturón del tipo utilizado por los regimientos británicos.

Como no podría ser de otra manera y aunque parezca increíble, una vez más apareció un objeto relativo a la acción en superficie, apenas oculto por la vegetación, doscientos tres años después del combate: un proyectil esférico de calibre 15mm (.59).

De todos modos, el artefacto que más llamó la atención fue una plaqueta en bronce, con restos del dorado a fuego, portando el perfil en alto relieve del Emperador del Brasil Dom Pedro II y, posiblemente, de su padre, Pedro I. Este objeto y dos monedas de Buenos Ayres (un décimo de 1822 y cinco décimos) siguen aportando valiosos datos para establecer el período de presencia de una construcción en el sitio durante el siglo XIX.